Ocio esperanzado y alegre
El sentido del ocio arraiga en el presente y se proyecta hacia el futuro a través de la esperanza y la ilusión. La esperanza es una espera de algo que deseo, que me permite vivir, que me ayuda a vivir con otros y actuar. Jean Grondin, el filósofo canadiense, consideraba que actúa como un imán vital, algo que atrae y empuja a la vez, que es para nosotros una segunda naturaleza. De ahí que sea también una fuente de sentido y una poderosa afirmación de la vida. Respecto a la ilusión conviene recordar que es una palabra que en español nos remite a dos vivencias de ocio positivo: Ánimo y alegría. Ambas nos invitan a compartir. Al decir que el ocio nos proporciona esperanza e ilusión estamos afirmando que experimentamos un ocio valioso generador de sentido.
Por eso, cuando en cada etapa de la vida aparecen, de algún modo, las mismas preguntas: ¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? Las respuestas acertadas tienen una relación estrecha con el hecho de vivir una vida satisfactoria y con sentido. El ocio valioso que se orienta hacia la mejora personal y del mundo circundante ayuda a ello. Nos invita a cultivar nuestros talentos de modo que puedan convertirnos en un ser humano que florece en sus acciones y en su encuentro con los demás.