En lo perecedero está el disfrute
En lo perecedero, está el disfrute. Esta frase, que leí hace unos días en un libro de Pedro Cuartango, la vengo repitiendo desde anteayer que, tras un accidente imprevisto, tuve que dejar a un lado lo que pensaba hacer y volver a casa. En realidad íbamos a dar un paseo largo, como cada día, y en cuestión de unos segundos todo cambió. Afortunadamente la caída que me provocó un viandante no ha sido grave, pero aquí sigo en reposo, todavía.
Nuestra vida se compone de momentos que no siempre dependen de nosotros, de momentos efímeros. Y tiene que pasarnos algo extraordinario para darnos cuenta de ello. Las rutinas cotidianas, a las que nos acostumbramos tan fácilmente, nos impiden pensar que cada paseo es algo único, que el café que tomamos con un amigo no volverá a ser igual, que la sensación de vivir plenamente depende de nosotros. Nos han educado para conseguir lo que es útil, pero a menudo nos olvidamos del disfrute interior.
De nada me sirve hoy tener un buen auto aparcado en un garaje, lo que está dando sentido a estos días de retiro obligado son las melodías musicales que me hacen olvidar las molestias, los poemas que esperaban ser leídos en un estante del salón, los rosales que florecen al otro lado de la ventana, las sonrisas de mis nietos que veo en la pantalla de mi móvil. Nuestra vida es una serie de momentos efímeros que nadie nos enseñó a disfrutar. Es una cuestión de valores, la felicidad no depende de tener mucho, sino de disfrutar de lo que tenemos en cada instante.
El ocio se transforma en algo valioso si nos permite vivir en positivo. Todo lo que cultivamos placentera y libremente, nos enseña a comprender que nuestro tiempo es perecedero. Sin nuestras aficiones no se entendería nuestro relato biográfico. No somos una foto fija, sino un proyecto en el que se superponen imágenes asociadas a los momentos que vivimos. ¿Has pensado alguna vez por qué, entre las muchas fotos que nos sacamos, dominan las que recogen vivencias de ocio? ¿No será, tal vez, porque consideramos que ese tiempo es más importante que otros?
Los tiempos que componen nuestra vida pueden ser plenos o vacíos. Quienes son capaces de disfrutar de un ocio integral: lúdico, cultural, ecológico, festivo y solidario, difícilmente conocen el aburrimiento. Quienes no han llegado a comprender que el ocio valioso nos aporta la satisfacción de vivir en un mundo compartido están a tiempo para rectificar. La vida está hecha de momentos efímeros que pueden tener sentido, si tu quieres.
Manuel Cuenca Cabeza 17/03/2021
Así es apreciado Profesor, pronta recuperación y disfrute mucho en positivo su ocio de estos díasun, un fuerte abrazo desde la calidad Habana dónde de le admira.
Muy agradecido. Saludos
Cuídate mucho y disfruta -como dices- del forzoso relax, con música y todo aquello que te satisfaga. Un abrazo.
Muchas gracias María Jesús y enhorabuena por tu aparición en la tele, lo haces genial. Un abrazo