La confusión entre ocio y ociosidad
La confusión entre ocio y ociosidad no es una cuestión exclusiva de este momento; tiene una razón histórica cuyas raíces, en la cultura occidental, se remontan al siglo XVII y, sobre todo, a las ideas que se desarrollaron en el Siglo de las Luces. En el mundo clásico, el ocio se relacionaba con la virtud; mientras que la ociosidad se asociaba al divino arte de la pereza, il dolce far niente, la desocupación, la despreocupación y la pasividad. Así se entendió, más o menos, hasta que los múltiples pronunciamientos filosóficos, éticos o morales que se realizaron en la Ilustración lo cambiaron. Frente al nuevo ideal de la acción útil, entendida como productividad y superación de uno mismo, el ocio y la ociosidad se transformaron en conceptos opuestos al progreso al que se aspiraba y, ambos a la par, símbolos de un mal que convenía combatir. Algo de eso permanece, puedes constatarlo.
Fotografía: Ildefonso Grande Esteban.
Texto: Manuel Cuenca Cabeza, Sentido del ocio a lo largo de la vida, Publicaciones de la Universidad de Deusto, Bilbao, 2023.
En latinoamerica, se hace cuesta arriba lograr entender la antagonia entre ocio y ociosidad , en Venezuela apenas se estan dando los primeros inicios de la interpretación del término polisémico Ocio!, saludos peofesor.
Muchas gracias por el comentario. Saludos