Fantasía y narración

La fantasía es un don innato y la base de la creatividad en todo ser humano. También es un componente esencial de los juegos, sean del tipo que sean, aunque su presencia se perciba más claramente en los juegos de Mimicry o Representación. Lev Vygotski afirmaba que ayuda a la evolución general y la maduración del niño y la niña en particular. A menudo se asocia con la imaginación y es considerada algo fuera del mundo real. Pero, aunque la fantasía sea un dispositivo activo de la imaginación, no es una facultad alejada de la cotidianeidad sino que incide en ella y en su propia realidad. Puede parecer lo contrario, pero la fantasía no es un peligro, a pesar de que durante la niñez sea más fuerte que la propia realidad.

Uno de los recursos más importantes para el desarrollo de la fantasía infantil y adulta es la narración. Entiendo por narración el hecho de contar y escuchar historias. Ambas acciones ayudan a dar sentido a los actos que realizamos al llenarlos de significado. Las historias son oportunidades de disfrute que despiertan la fantasía. También tienen una especial relevancia porque el disfrute que proporcionan se puede considerar ocio de la infancia y antesala de las experiencias de ocio de los adultos. El cuento y las narraciones en general son facilitadores de diálogo. Un diálogo que facilita la curiosidad y permita abordar problemas, dudas y cuestiones que siempre es posible despertar a partir de situaciones ficticias.

 

Texto: Manuel Cuenca Cabeza, Sentido del ocio a lo largo de la vida, Publicaciones de la Universidad de Deusto, Bilbao, 2023.

Fotografía: Ildefonso Grande Esteban.

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